Ha llegado la época de adviento, en la que nos preparamos espiritualmente para la celebración del nacimiento de Cristo. Es un tiempo de oración, meditación, reflexión y esperanza, que nos recuerda la venida del Mesías y nos llena de alegría la espera del Salvador.
El Adviento empieza el domingo 2 de diciembre y durante 4 domingos trabajamos para balancear nuestros cuatro cuerpos inferiores y lo sellamos el 24 de diciembre con la llama del Cristo en el centro del circulo. Son momentos de reunirnos en torno a la corona de adviento y de rezar en comunidad.
Les incluimos una enseñanza sobre adviento y les enviamos el llamado para los cuatro cuerpos inferiores. Empezamos purificando el cuerpo etérico, ya que es el cuerpo donde tenemos todos los registros en toda nuestra evolución como alma, y donde están los registros que queremos cambiar. Es en donde también se encuentran todos los tesoros en el cielo que hemos guardado, necesarios para cumplir nuestro plan divino. En las siguientes semanas seguimos con los otros cuerpos, mental, emocional y físico.
La Corona de Pino y las Velas de Adviento
En nuestra iglesia, tenemos una oración para el adviento en la cual se pide a la llama violeta para que entre en cada uno de nuestros cuatro cuerpos inferiores. Estas oraciones se dan cada semana durante cuatro semanas antes de la Navidad comienza con el cuerpo etérico, pasando consecutivamente por los cuerpos mental, emocional y físico.
Encendemos una vela por cada semana, a menudo las velas están puestas en una corona de adviento. La corona representa el círculo de la totalidad.
Las cinco velas representan los cuatro cuerpos inferiores y el Cristo en la mitad.
- 3 Moradas – Los cuerpos etérico, mental y físico
- 1 Rosado – El cuerpo emocional
- 1 Blanco – El Cristo (se enciende el día de Navidad)
También hacemos un llamado a los ángeles de Navidad para que se acerquen y para llenar nuestros corazones con la alegría del Cristo Viviente, mientras que encendemos las velas de la corona de Adviento. Pedimos que mientras las velas de Adviento se quemen en representación de la transmutación de toda sustancia negativa en cada uno de los cuatro cuadrantes de nuestro ser.
Vemos la Corona siempre Verde, como la representación del círculo cada vez más vivo de la totalidad perfecta, y le pedimos que se convierta en La Forma de Pensamiento de Curación para restaurarnos a nuestra verdadera identidad en Dios.
Corona de Adviento:
- Vela # 1 (púrpura) está en el cuadrante etérico (esquina superior derecha).
- Vela # 2 (púrpura) se encuentra en la esquina inferior derecha.
- Vela # 3 (rosa) se encuentra en la esquina inferior izquierda
- Vela # 4 (púrpura) en la parte superior izquierda
- Vela # 5 La vela blanca en el centro tiene la etiqueta «Nochebuena»
Durante la primera semana de adviento, encienda la vela #1. En la segunda semana se pone la nueva vela que se uso en la semana anterior y se encienden las velas #1 y #2. En la semana tercera se ponen las velas nuevas que se usaron antes y se encienden las velas #1, #2 y #3. En la cuarta semana, nuevamente se ponen las velas nuevas de la semana 1, 2 y 3 y se encienden todas las cuatro velas. Para la víspera de Navidad y el día de Navidad, se encienden las cuatro velas y la vela blanca del centro.
El Evangelio de Juan habla de Cristo como la Luz Verdadera que viene al mundo. En conmemoración de esa venida, encendemos estas velas para las cuatro semanas previas a la Navidad y reflexionamos sobre la venida de Cristo.
Es significativo que la iglesia siempre ha utilizado ese lenguaje—la venida del Cristo—porque habla de una verdad profunda. Cristo viniendo. Cristo está siempre esta viniendo, siempre entra en un mundo lleno de problemas, un corazón herido. Y así, encendemos la primera vela, la vela de la esperanza, y nos atrevemos a expresar nuestro anhelo por la paz, para la curación, y el bienestar de toda la creación.
Oración:
Amada Presencia YO SOY,
al entrar en este tiempo de Adviento,
Abrimos todos los lugares oscuros de nuestros recuerdos
y nuestras vidas a la luz sanadora de Cristo.
Muéstranos el poder creativo de la esperanza.
Prepara nuestros corazones para ser transformado por el amor,
Que podamos caminar en la Luz del Cristo Cósmico y nuestro Santo Ser Crístico.
Reflexión:
Tómese su tiempo, en el ajetreo de esta temporada, para una armoniosa reflexión—porque la luz del amor de Dios es perceptible en todas partes. Vamos a dejarnos sorprender por el asombro y dedicaremos tiempo para ofrecer en silencio.